Nuestra historia

A comienzo de los años 30, del siglo pasado D. Francisco Moreno Redondo, hombre de negocios visionario e intrépido, con apenas veinte años, decidió fundar su propio negocio, en el número 55 de la calle Toledo, considerada por aquella época “la calle más pintoresca y bonita del mundo” según palabras de D. Benito Pérez Galdós, caracterizada por la profusión de comercios con ricos escaparates, toldos y carteles de vivos colores, que le conferían tan peculiar carácter.

En 1934 el negocio vio la luz como ultramarinos, dedicándose a la comercialización de comestibles, hasta que en 1936 comenzó a especializarse en la venta de caramelos y bombones, iniciando oficialmente el dulce periplo de lo que hoy conocemos como Caramelos Paco, siendo la primera tienda de la capital dedicada exclusivamente a la venta de caramelos y bombones.

El fundador de Caramelos Paco no fue ajeno a aquello de que durante la posguerra la falta de medidos se suplía con imaginación y fue así como poco a poco comenzó a convirtiéndose en un afamado comerciante de caramelos al que venían a comprar desde numerosos rincones de la capital, quienes habían oído hablar del gran surtido de caramelos de su establecimiento.

D. Francisco Moreno Redondo fue un “Julio Verne" ó un "Galileo” de la publicidad, adelantándose al marketing, inventando una publicidad todavía no superada, pues acompañado por su hijo con una lata llena de alquitrán y brocha en mano iban a las afueras de Madrid a pintar en las rocas situadas al borde de la carretera el nombre de la tienda de caramelos. El impacto fue tal que todo el mundo hablaba de Caramelos Paco, aunque no supieran siquiera donde estaba ubicado el establecimiento.

El fundador de la empresa, se mantuvo al frente del madrileño palacio del dulce hasta los años 80. Entonces le cedió el testigo a su hijo, D. Francisco Moreno Vicente, que tuvo ante si el reto de mantener vivo el negocio familiar aunando la tradición heredada con la modernidad de las nuevas tecnologías.

Desde el primer momento su intención fue expandir Caramelos Paco, esta iniciativa le llevo lejos, a abrir una fábrica de caramelos en Cuba y hasta exportar al “País del Sol Naciente”.

Es por tanto bajo la dirección de D. Francisco Moreno Vicente cuando se abrió al público la tienda de disfraces, para suplir esa necesidad en los clientes, que al comprar caramelos echaban en falta otros artículos como las piñatas, globos o disfraces y se inaugura una fábrica de caramelos en Cuba, para abastecer al mercado centroamericano y exportar a Europa. Años antes de la conquista del mercado cubano, en Madrid se había creado un taller de artesanía de azúcar glas, donde se elaboran figuritas de azúcar.

D. Francisco Moreno Vicente cumplió su objetivo con éxito, pues hoy Caramelos Paco se ha convertido en referente de los grandes fabricantes españoles de caramelos, siendo los pioneros en comercializar los caramelos sin azúcar y caramelos sin alérgenos.

Actualmente D. Francisco Moreno Herguido ostenta el honor de ser la tercera generación al frente de la empresa familiar y tiene un leitmotiv idéntico al de su progenitor “la intención de conciliar la tradición e innovación, tratando siempre a los clientes entre algodones de azúcar y ofreciendo siempre los caramelos más novedosos al precio más competitivo”.

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